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Policiales

Con más de 40 testigos, comienza el martes el juicio contra el docente de música del jardín San Roque

Está acusado de haber abusado sexualmente de un alumno dentro del establecimiento educativo. Su defensa niega los cargos y sostiene que es inocente. El imputado, por su parte, escribió una carta y aseguró que tiene la "conciencia limpia".

El próximo martes, en los tribunales de Santa Fe, comenzará a ser juzgado el docente de música del jardín San Roque, identificado como D.C., quien se encuentra acusado de haber abusado sexualmente de un alumno que asistía a la institución.

El debate será ante un tribunal conformado por los jueces Gustavo Urdiales (preside), Pablo Busaniche y Pablo Ruiz Staiger, que evaluarán la prueba que presentarán los fiscales del área de delitos sexuales, Matías Broggi y Alejandra Del Río Ayala, los querellantes, Matías Pautasso y Carolina Walker y los defensores particulares, Sebastián Oroño e Ignacio Alfonso Garrone.

El juicio tiene previsto comenzar a las 8.30, en la sala 6 del primer piso de tribunales y se extenderá durante tres jornadas, hasta el 24 de junio. Por su parte, los alegatos de cierre serán el 27, mientras que el veredicto se conocerá el 29 del mismo mes, según informó la Oficina de Prensa de la Corte Suprema.

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El juez penal de tribunales, Gustavo Urdiales.

El juez penal de tribunales, Gustavo Urdiales.

Se estima que serán escuchados en la sala un total de 49 testigos, incluidas las cámaras gesell, citados por las tres partes del proceso judicial que comenzó en 2019 y que generó una fuerte conmoción en el establecimiento educativo y los padres y madres del alumnado.

Cargos

El docente llega al debate bajo la medida cautelar de prisión preventiva e imputado como autor de abuso sexual con acceso carnal calificado por ser encargado de la educación, en concurso ideal con promoción a la corrupción de menores agravada.

Según la hipótesis de los fiscales Broggi y Del Río Ayala, los abusos se concretaron entre marzo y noviembre de 2018, y entre marzo y el 26 de julio de 2019. Para ambos funcionarios, los hechos de 2018 ocurrieron cuando la víctima fue alumno del docente en el jardín de infantes; mientras que los restantes un año después, cuando el niño concurría a la escuela primaria que pertenece al mismo complejo educativo.

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Cuando el caso se hizo conocido, muchos padres fueron a pedir explicaciones a la institución.

Cuando el caso se hizo conocido, muchos padres fueron a pedir explicaciones a la institución.

A causa de esa acusación, el profesor permaneció detenido durante dos años. Sin embargo, este año, al cumplirse el máximo de tiempo de detención preventiva, el juez Jorge Patrizi dispuso que se extienda la medida cautelar hasta que llegue el debate. Dicho fallo fue luego confirmado por el juez Enrique Álvarez.

Por el caso, la Fiscalía pretende una condena de 16 años de prisión efectiva, mientras que la querella solicita una pena aún mayor de 20 años de cárcel para el docente. A su vez, desde la otra vereda, los abogados del imputado buscarán probar durante el juicio la inocencia de su asistido.

"La conciencia limpia”

En la previa al juicio y desde la prisión, el docente escribió una carta titulada como “La otra campana” en donde aseguró que inocente de los cargos que le fueron endilgados y pidió que se escuche su verdad.

“Me mantuve en silencio porque creí ingenuamente que, en un estado de derecho, la verdad y el porvenir de todos los ciudadanos estaban amparados por normas constitucionales, por organismos de derechos humanos y por leyes penales”, sostuvo en el primer tramo. “No hablé porque no me interesa entrar en el juego perverso de algunos medios de comunicación y porque consideré que el único ámbito donde mi voz debía ser escuchada, era una sala de audiencias, pero no fue así”, agregó.

El imputado señaló a su vez que la hipótesis de la Fiscalía y querella carece de toda racionalidad. “Durante mis clases los niños jamás quedaban solo conmigo, siempre estaba presente la maestra de la sala, en otro sector cercano se encontraba una docente auxiliar y además, el espacio en el que se desarrollaban las actividades estaba a la vista de todos aquellos que, en forma permanente, transitaban la zona, pudiendo observar lo que allí ocurría”, sostuvo.

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El caso se tramita en tribunales.

El caso se tramita en tribunales.

Sobre la acusación de la Fiscalía y querella, de que fue hasta la escuela y en un baño de ese establecimiento cometió el abuso, el docente destacó que nunca tuvo llave para entrar a tal edificio, ya que esas puertas únicamente se abren desde adentro. Además, resaltó que las puertas de los baños son vigilados por asistentes escolares y los docentes especiales son destinados al control de distintos sectores del patio.

“¿Cómo podría ingresar al establecimiento sin ser visto por decenas de docentes, auxiliares, directivos y cientos de alumnos que me reconocen a gritos cada vez que me cruzan por la calle, ya que han sido alumnos míos en el jardín, además de ser registrados por las cámaras de seguridad?”, se preguntó el docente en su escrito.

En el tramo final de su carta, D.C. cuestionó que no tiene el “más mínimo asidero razonable” la hipótesis de la Fiscalía y querella. “Lo peor de todo es la forma en que fueron expuestos los niños por aquellos que dicen velar por sus derechos, publicando barbaridades llenas de mentiras e injurias, en cuanto medio se prestó al juego, a costas de familias enteras y el desamparo de muchas mujeres a las que tanto se jactan defender y proteger”, dijo.

Y sentenció: “El afán de buscar la verdad es defender no solo las garantías del imputado, sino también las de las víctimas, porque de nada le sirve a esta condena de un inocente”.