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Cinco razones para no usar curitas cuando te lastimás

Si en cuanto te hacés una herida, inmediatamente pensás en ponerte un curita para poder continuar con tus actividades, debes saber que quizás estás cometiendo un error.

Las curitas, también llamadas bandas o tiras adhesivas, tienen un raro encanto. A los niños les gustan mucho, en especial ahora que tienen dibujos de personajes de caricaturas.

La razón es que son muy prácticas, ya que ponés un curita y listo, a continuar con lo que hacías. Las usamos para raspones, cortadas y hasta cuando los zapatos te rozan, amenazando con sacarte ampollas. Pero a pesar de sus bondades, no siempre es buena idea usarlas. Aquí cuando no aplican:

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En caso de que, a pesar de aplicar presión e incluso una curita, la herida no deje de sangrar, cambiar el curita no es la opción, sino acudir al médico.

Las personas con diabetes no deben tomar las heridas a la ligera, especialmente aquellas en los pies. La razón es que esta enfermedad dificulta el proceso de curación, lo cual puede terminar en complicaciones. Por lo tanto, en caso de heridas, después de los primeros auxilios es necesario que un doctor revise la herida y dé seguimiento.

 

 

Cuando una cortada supera el centímetro de largo o es profunda, un curita no ayudará a que la herida sane. Asimismo, si se encuentra en zonas como la barbilla, cejas o cuero cabelludo, es mejor acudir al médico, pues es posible que se necesiten puntos de sutura.

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Más allá del tamaño de la herida, cuando un animal o persona te muerde, lo mejor es ir con el médico, pues la saliva contiene bacterias que pueden llevar a una infección. De igual modo, especialistas señalan que si es en la mano, puede llevar a daños en los ligamentos o tendones de no atenderse.

Ya sea que hayas olvidado cambiar los curitas o lavar y desinfectar la herida antes de colocarlos, en caso de que después de unos días en lugar de mejorar se vea hinchada, roja, caliente o supure pus, lo mejor es dejar de ponerle curitas y recibir atención médica.

En el resto de las heridas menores, los curitas pueden ser buenos aliados para el proceso de curación, además de protegerlas de roces y el contacto con bacterias que propicien una infección. Sin embargo, es muy importante colocarla en un área limpia y seca, de lo contrario la suciedad puede llevar a una infección.

 

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