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Una ola de homicidios sacude a Tucumán: 12 muertes en dos semanas

Un agente de la Policía de Tucumán fue asesinado ayer de un tiro en la cabeza por dos delincuentes que lo atacaron para robarle la moto en la que viajaba junto a su esposa, quien también fue herida de un disparo. La víctima, identificada como Marcelo Adrián Ruesja, tenía 34 años, prestaba servicio en la Guardia Urbana de la fuerza provincial y hace seis meses se había casado con Alejandra Farías.

Esa muerte se suma a un encadenamiento de homicidios que puso en alerta a las autoridades y causó preocupación entre los vecinos de la capital tucumana.

El asesinato de Ruesja sucedió en la madrugada en la autopista sur, a la altura del Parque Industrial, en las afueras de la capital tucumana. Según informaron fuentes judiciales, el policía manejaba una Yamaha 125 acompañado por su esposa, cuando fueron interceptados por dos delincuentes que se movilizaban en otra moto y que, a punta de pistola, les exigieron que entreguen el rodado. Uno de los asaltantes le disparó a Ruesja en la cabeza e hirió a Farías en una pierna, tras lo cual huyó junto a su cómplice con la moto y el arma reglamentaria del policía.

Tras un rastrillaje policial, pocas horas después fueron detenidos dos sospechosos por el crimen del agente en el barrio Villa 9 de Julio, en la zona este de San Miguel de Tucumán.

Ruesja es el tercer policía asesinado en lo que va de 2018 en esta provincia. El 13 de febrero último los agentes Cristian Peralta, de 37 años, y Sergio Páez González, de 44 fueron acribillados a balazos en el Parque 9 de Julio cuando intentaban identificar al conductor de una camioneta que minutos antes había protagonizado una pelea con una travesti. Por ese hecho fue detenido Máximo Abraham, de 25 años, proveniente de una familia vinculada con el negocio de los albergues transitorios y bajo sospecha de proxenetismo. Con Ruesja, son 11 los policías asesinados en esta provincia en los últimos dos años.

Pero la violencia en esta ciudad adquirió mayores dimensiones en la últimas dos semanas, con una inusitada ola de crímenes. Una docena de homicidios en ese período ampliaron a 34 los asesinatos ocurridos en 2018.

Uno de los casos más recientes tuvo lugar el pasado 8 de marzo, cuando Facundo Ferreira, de apenas 12 años, murió tras recibir un balazo en la nuca durante una persecución policial. Las pericias confirmaron que había rastros de pólvora en la mano y en la ropa del menor, lo que confirmaría que había disparado contra los efectivos cuando escapaba en una moto junto a otro menor de 14 años, a quien también le dio positivo el dermotest.

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En tanto, el último miércoles fue encontrada sin vida en un cañaveral en el sur de la provincia Gisella Tatiana Barrionuevo Núñez, de 17 años. La adolescente habría sido golpeada y estrangulada. Por el hecho, fueron detenidos dos vendedores minoristas de drogas que solían frecuentar a la menor y que quedaron como principales sospechosos del crimen. Sin embargo, la mayoría de los homicidios en Tucumán están relacionados con los motochorros.

Para tratar de ponerle freno a esta situación, la Legislatura provincial sancionó el último jueves una ley para endurecer el castigo contra motochorros, “escruchantes” y “rompevidrios” . La norma, que ya fue promulgada por el gobernador Juan Manzur, dispone la prisión preventiva inmediata para quienes cometan estos delitos.

“Vamos a ser inflexibles con quien cometa algún delito en Tucumán”, argumentó el mandatario peronista.

Fuente: www.lanación.com.ar 

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