Estela está sola en la tarea de cuidar a su hijo, lo que se transforma en una dificultad a la hora de buscar trabajo. Actualmente atiende un kiosco que instaló en casa de su madre, pero la complicada situación económica hizo bajar las ventas, que son casi nulas.
La mujer ya no sabe qué puerta golpear para conseguir una ayuda permanente, que le permita mejorar la calidad de vida de Luciano.
“Hay días que está bien, otros que tiene recaídas y se hincha. Hay que lucharla día a día. Trabajo siempre que puedo, pero no puedo tener un trabajo normal porque tengo que cuidarlo y muchas veces pasar días en el hospital con él. Tengo la asignación, pero no alcanza para mucho”, contó Estela, triste y preocupada.
A esto se suma que los médicos aún no hacen la declaración de incapacidad de Luciano porque aún siguen intentando diferentes tratamientos, pero esto hace que su mamá no pueda tramitar ningún otro tipo de subsidio por salud o incapacidad.
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