La policía registró su vivienda el domingo, y el hombre fue detenido preventivamente como sospechoso del ataque. Tras ser sometido a un interrogatorio y confesarse el autor del ciberdelito, fue puesto en libertad este lunes.
El joven es un estudiante que no posee formación específica en informática. George Ungefuk, el vocero de la Oficina Central para la Lucha contra la Delincuencia en Internet (ZIT) de la Fiscalía de Fráncfort, explicó que se mostró arrepentido, colaboró con las autoridades en todo momento y no dio muestras de querer eliminar ni ocultar pruebas.
Alarma en el país
El ciberataque, uno de los mayores de alemania, afectó a cientos de políticos y numerosas figuras públicas, como artistas y periodistas. El gobierno germano lo calificó como un ataque “grave” contra las instituciones democráticas.
El Ministerio de Interior pudo calcular el pasado jueves el alcance y la magnitud del ataque, que se inició cuando empezaron a publicarse, antes de Navidades, datos privados de los afectados.
Die Veröffentlichung persönlicher Daten ist ein schwerwiegender Angriff auf das Recht auf Privatsphäre und damit einen Grundpfeiler unserer Demokratie. Die Urheber wollen Vertrauen in unsere Demokratie und ihre Institutionen beschädigen.
— Katarina Barley (@katarinabarley) 4 de enero de 2019
Las revelaciones siguieron el formato del tradicional calendario de adviento, y se hicieron públicas a través de Twitter. En esa red social, el detenido tenía registradas dos cuentas bajo el pseudónimo de “GOd” y “Orbit” y una tercera que había sustraído a otro usuario.
El motivo del ataque, aventura Ungefuk, fue el más que probable enojo del joven con las declaraciones públicas de los afectados. De momento no existen indicios de terceras personas implicadas en el cas, y el responsable aseguró haber actuado en solitario.
Ahora se enfrenta a acusaciones que se pueden penar con sanciones económicas o hasta tres años de cárcel. Lo más probable, sin embargo, es que el acusado se enfrente a alguna medida correctiva de menor castigo, ya que está considerado como menor de edad a ojos de la justicia, que contempla penas reducidas hasta los 20 años.
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