El mandatario aceptó que sus propuestas no tuvieron “viabilidad” y crearon una “situación dramática”, por lo que daba marcha atrás en su implementación. La reforma impuesta el miércoles por Ortega por decreto reduce las pensiones un 5% y aumenta las contribuciones de empresas y trabajadores para rescatar al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS). El Gobierno pretende recaudar así 250 millones de dólares (203 millones de euros).
La de este domingo fue la segunda comparecencia de Ortega ante la nación. El sábado había afirmado que su único interlocutor para encontrar una salida a la crisis era la empresa privada, con la que estaba dispuesta a dialogar. Los empresarios rechazaron la propuesta y exigieron el fin de la represión. En su discurso, el mandatario no se refirió a la violencia desatada del Estado contra los manifestantes, ni las decenas de muertos y heridos.
El presidente propuso nuevamente un diálogo, al que invitó a los empresarios y al cardenal Leopoldo Brenes, para “sacar una resolución que asegure el fortalecimiento de la Seguridad Social a largo plazo”. Con esta decisión, Ortega espera bajar la tensión en las calles.
Fuente. El País.es
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