El brasileño de 22 años, que confesó los hechos, se convirtió así en la quinta persona condenada al máximo castigo previsto en el Código Penal español: tendrá que pasar 25 años en la cárcel hasta que se revise si está en condiciones de salir en libertad.
La condena por cuatro asesinatos, leída en el tribunal de la ciudad de española de Guadalajara, es la que pedían la fiscalía y la acusación.
El crimen sacudió la pequeña localidad de Pioz en agosto de 2016 y luego a toda España. Según consideró probado el jurado, el asesino se dirigió a la vivienda en donde vivían sus tíos con sus dos nenes preparado ya para matar.
Leer más►La mató, la descuartizó, la coció en una olla y la guardó en el refrigerador
Al llegar, asesinó a la mujer en la cocina con un cuchillo y frente a los dos nenes, con la intención de “aumentar deliberada, consciente e innecesariamente el sufrimiento de los mismos”, según la sentencia.
Los pequeños “gritaron, se abrazaron y quedaron paralizados por el miedo“. El acusado los mató. Finalmente, esperó que llegara el padre y lo acuchilló también al ingresar en la casa.
El condenado fue narrando el cuádruple asesinato por WhatsApp a un amigo en Brasil. En los mensajes llegó a burlarse de la actitud de los pequeños y a enviar incluso fotos de cómo descuartizó a los adultos y metió todos los cuerpos en bolsas que llevaba consigo.
La prisión permanente revisable fue introducida en 2015 por el entonces gobernante Partido Popular (PP). Para evitar que delincuentes condenados por crímenes graves salieran de prisión y reincidieran.
La oposición la recurrió poco después en bloque ante el Tribunal Constitucional al considerar que se trata de una “cadena perpetua encubierta” y que vulnera la Carta Magna, que establece que las penas deben estar “orientadas hacia la reeducación y reinserción social”.
La máxima pena se había aplicado solo cuatro veces, en todos los casos a hombres condenados por asesinatos con alevosía y agravantes.
Fuente tn.com.ar
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