Yo le había creído desde el primer día que nos juntamos en Parma. Usted no sólo me contó sus ideas de juego para la Selección. Me habló de la forma de manejarse como conductor, de su personalidad para tomar decisiones sin importarle las caras, Marcelo… ¿Se acuerda? Fue una charla madura, pese a que a la distancia se distorsione un poco. Todo lo que hablamos quedó en la intimidad. Igual que usted, yo nunca fui de abrir las puertas de los vestuarios a los medios ni a la gente. Los hinchas no quieren internas sino respeto por la camiseta.
Hoy lo hago público porque me llegaron sus palabras en el Leeds. Por supuesto, Marcelo, acepto sus disculpas. Ya lo perdoné hace tiempo, si es que debía hacerlo. Lamento que no lo hayamos hablado personalmente, ni siquiera por teléfono. Pero nunca es tarde.
Además, los dos sabemos que ya se había dado cuenta de “su grave error” mucho antes de esta declaración. Quedó claro la última vez que discutimos el tema. Usted se acuerda cómo me habló y cuál fue mi cruda respuesta… Yo no hubiera reaccionado así sólo por descubrir un juego de palabras para motivar.
Usted era y es lo suficientemente inteligente como para saber que un jugador no mejora su nivel por una mentira. Si pasara, ese futbolista sería más tonto que inmaduro. No quiero entrar en detalles que ninguno de los dos dará. De hecho, eso queda en su segundo plano. Lo más importante es la enseñanza que deja la situación que ahora recordó. Como nos dijo tantas veces, Marcelo, hay que manejarse con la verdad, sin engañar al otro. Al final del camino, quien procede así no solo es el mejor líder sino el más maduro…
Me hizo feliz escucharlo, Marcelo.
Le mando un abrazo.
Hernán Crespo”.
Carta Abierta a Marcelo Bielsa. pic.twitter.com/FL0kYnMBpD
— Hernan Crespo (@Crespo) 24 de agosto de 2018
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