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La vida actual del viudo de Adelfa: lejos de Santa Fe, con amenazas de muerte y ganas de ir al Bailando

Reinaldo Wabeke repasó su pasado y presente. Dijo que quiere la paz eterna y que no es ningún “mata viejas”. “Me gustaría entrar al bailando y bailar con una mujer mayor para revivir lo que fue con Adelfa”, confesó. (Foto: Maiquel Torcatt/ Aire Digital)

 

Por Ignacio Mendoza

Antes de arrancar la entrevista, Reinaldo Wabeke, pidió por favor que no se ventile su actual lugar de residencia. Dice que quiere estar tranquilo y que no lo molesten. Además aseguró tener miedo ya que en reiteradas oportunidades sufrió amenazas de muerte por quienes le usurparon la vivienda en donde convivió con Adelfa, su exesposa 58 años mayor y quien le dio la portada de los diarios, la fama y por sobre todo una herencia de la cual disfruta a medias luego de contraer matrimonio en 2007.

 

Tiene 36 años y sostuvo que se encuentra en busca de la paz eterna, luego de haber estado depresivo y a punto de quitarse la vida en dos oportunidades. Vive en un pueblo del interior de la provincia donde disfruta de la pensión que le dejó Adelfa aunque aseguró que él no es un “mata viejas”. “Desde ese día que se murió Adelfa es como que encontré siempre el infierno en mi vida”, aclaró.

 

“A Santa Fe no volvería nunca más a vivir”, dijo Reinaldo en una entrevista con Aire Digital donde reveló cual es su deseo máximo en la actualidad: estar en el Bailando por un Sueño para ayudar a la gente y demostrar además que tiene swing con el baile.

 

¿Piensa en cómo hubiera sido tu vida sin Adelfa?

— Siempre la recuerdo a pesar de que digan todos que me casé con una persona mayor y que me movía a una anciana. Fue una persona muy buena pero aguanté muchas cosas. Me tenía que escapar por la ventana porque no me dejaba salir a ningún lado ni tener amistades porque para ella eran todos diferentes. Nunca le dije a ella que era gay.

 

— ¿Usted fue uno de los primeros gay que se casó con una mujer y un hombre?

— Uno de los primeros. Ahora lo digo pero yo creo que fue una pesadilla haberme casado con una mujer. “Desde el día que murió Adelfa es como que encontré siempre el infierno en mi vida”. Estuve muy depresivo, muy mal, a punto de matarme tres veces. Medicado, porque no encontraba en mi vida, la paz eterna.

 

Pese a ello, Reinaldo destacó que tal situación le generó poder hacer dos obras de teatro y vivir en Mar del Plata durante un año. Hasta que comenzaron los problemas con la vivienda que heredó de Adelfa, en calle 9 de Julio y su intersección con Crespo, en pleno centro santafesino.

 

 

— ¿Qué pasó con esa casa? 

— Esa casa quedó usurpada. Me fui de vacaciones y me la usurparon. Tenía un amigo viviendo ahí.

— ¿En que año fue eso?

— Hará ocho años más o menos. Yo tenía un amigo viviendo  ya que la mamá lo había echado de la casa porque tiene una enfermedad que se contagia de una persona a otra y yo soy una persona muy generosa. Soy una persona que si tengo que ayudar a alguien lo voy ayudar. Nunca me importó la plata. Le dije <<venite a vivir a casa que es de Adelfa>>. Yo me fui a Mar del Plata y cuando vengo me encuentro con gente y me dice  <<yo vendí la casa>>, ¿Cómo que vendiste la casa? le pregunté yo. Usurpó la casa de Adelfa con su hermana y la vendieron, creo por un auto. Una casa en 9 de Julio y Crespo, con lo que vale.

 

Ahí empezó mi guerra. Amenazas de muerte con ese hombre. El que compró la casa tiene muchas causas judiciales. Estuvo preso por tráfico de drogas.  Yo fui a la Fiscalía, hice denuncias y denuncias y nunca pude hacer nada. Hasta que un día me cansé. Era mía vida o la casa. Ya me estaba muriendo, no podía más. Después de eso me agarró un pico muy grande de presión y desde ese día dije “basta”.

 

Decidí quedarme con el sueldo que me había dejado ella (Adelfa)  y sacarme mucha gente toxica que tenía en mi vida. Tenía mucha gente vividora, que te buscan por interés para sacarte algo. Entonces empecé a alejarme y me fui un año y pico a Buenos Aires para encontrar la paz eterna.

 

 

 

 

— ¿Cómo es eso? 

— Cuando cobré el seguro, mucha gente, muchos chicos gay se me acercaron por interés. Y en vez de ayudarme me hundían. Te llevan por mal camino. Me han ofrecido meterme en la droga y nunca me metí. Me ofrecían vender droga para hacer plata y yo por esas cosas me fui alejando. Estaba mal económicamente y me ofrecían que ponga la casa donde vivía para vender droga.

— ¿ Cómo fue que le ofrecieron vender drogas? 

— Un amigo me dijo, <<Reinaldo, para hacer plata y que vos vuelvas a estar allá arriba, ponemos tu cara y llevamos droga de acá y allá>> y yo le dije que no, que prefería morirme de hambre pero que todas esas cosas no las iba hacer nunca. Prefería vivir en una tapera, muerto de hambre pero esas cosas no.

— ¿Y tuvo problemas con las drogas? 

— Nunca me metí en la droga, nunca jamás. Ni tomé alcohol,  sino ya estaría muerto por la presión y todo eso.

 

— ¿En que momento sintió miedo por todo ese ambiente? 

— Cuando sentí que me usurparon la casa y que esa gente estaba metida en eso. Sentí que me rodeaba toda esa gente y no tenía escapatoria ni cómo salir. Ahí empecé estar días encerrado en caso. Eso fue lo que me dio pánico. Tenía fobia a la gente, no salía a ningún lado. Ahí fue cuando me abrí de todas las amistades y me quedé solo. Sin nada. Me abrí de todo, porque la gente se me acercaba era para cagarme.

 

 

— ¿Por qué se fue de Santa Fe?

— Me sentía inseguro y porque vive la gente que me usurpó la casa. Santa Fe además me da tristeza porqué viví cosas lindas y cosas tristes. A Santa Fe no volvería nunca más a vivir. Pasé muchas cosas, mucha delincuencia. No tengo nada en Santa Fe.

— ¿Ese miedo que tiene es porqué lo han amenazado de que si lo encuentran le pueden hacer algo? 

— Me amenazaron de muerte. Iban a matarme. Ellos querían que yo le firme la venta de la casa y nunca se la firmé.

— ¿Qué hace todos los días?

— Salgo a caminar, disfruto del campo. Me rodeo con gente que realmente vale la pena. Gente buena. Hago una vida tranquila.

— ¿Y de que vive?

— Vivo del sueldo que tengo de Adelfa.

— ¿Se busca en Google? 

— Muy pocas veces. No busco porque me hace mal. Muchas cosas hice para hacer escándalo. Hice de todo para divertir a la gente. Hice de travesti, un video clip con el productor de La Mosca y me cago de risa.

Reflexivo, el viudo de Adelfa recordó sus épocas. Maiquel Torcatt/ Aire Digital

 

— ¿Quiere llegar al bailando?

— Quiero llegar para ayudar a la gente que más lo necesita. No por mí, yo sé que hay gente que lo necesita. Es para hacer algo en la televisión y demostrar a la gente que no soy la persona que todo el mundo piensa que soy. Yo soy conocido porque me casé con una mujer mayor, le guste a quien le guste y es la verdad.

 

— ¿Que piensa la gente?

— La gente de mí piensa que soy un mata ancianas. Que me quedé con la “viejita”, que me casé con la señora para quedarme con la plata con algo y no, yo fui una compañía para ella hasta el último día de su vida. Fui el único que estuvo con ella.  Igual, sé que quedó en el pasado. Pasaron muchos años y van a decir que “éste siempre habla de la difunta”, pero es así. Yo soy conocido porque me casé con una mujer mayor, le guste a quien le guste y es la verdad.

¿Y eso le pesa?

— Me pesa un poco porque la gente me ve por eso. La gente dice “ahí viene el mata anciana”. Las viejas me ven y se quedan aterrorizadas pero que se queden tranquilas que no muerdo. Soy gay y no las voy a morder, solamente que tengan mucha platita para jurarles el amor eterno.

Me gustaría entrar al bailando para bailar con una mujer mayor para poder revivir lo que fue con Adelfa.

 

 

— Usted dice que su familia nunca lo acompañó…

Nunca me acompañó. Desde que se murió mi  mamá nunca me acompañó. Ellos me echaron de mi casa y mi hermana me dijo que me vaya ya que tenía que elegir entre mi hermana y el marido y me echaron a la calle. Nunca me olvido. Fue una noche de invierno, tenía 15 años.

— ¿Se siente solo?

— Después que se murió mi mamá y Adelfa, me siento muy solo porque no tengo compañía de nadie más. Solamente vivo con un chico que hace siete años que conozco. El mismo, creo, que es el pilar de mi vida. Si yo estoy vivo es porque vivo con él.

— ¿Donde están las cenizas de Adelfa?

— Las llevé a una plaza a Madrid a una plaza frente al hotel Conde Duque. Las tiré y expandí en una fuente de agua al costado. Y fui dos años seguidos a verla a ese lugar que le traía recuerdos por la hermana.

 

 

— ¿Qué es Reinaldo Wabeke hoy en día?

— Muy diferente a la persona que fui hace diez años atrás cuando era la “mariconita” o el “loquito” que decían todos que andaba haciendo escándalo. Creo que soy una persona muy diferente y distinta a todo. Ya no me dejo más que me pasen por encima. Es como ya ahora no me importa más nada el que dirán.

Si tengo que enfrentarme con uno que me tiene que tirar un tiro, <<hace las cosas que tengas ganas de hacer>>. No me importa más nada. Es como que pienso en mi vida y en mi salud. Es mis perros. En mi paz eterna.

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