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Jorgelina Hiba | Organización Mundial de la Salud | Contaminación | Ambiente

El tabaquismo, un problema de salud pública que también afecta al ambiente en Santa Fe

La Legislatura santafesina albergó una audiencia pública para debatir un proyecto de la diputada socialista Érica Hynes, que propone actualizar el programa provincial de control del tabaquismo.

Cuidar la salud humana para cuidar la salud del planeta. No hay una sin la otra, aunque a veces sean presentadas como dos cuestiones disociadas. El tabaquismo, un hábito antiguo convertido en una mega industria a nivel global, no solo tiene consecuencias sobre las personas, sino que también afecta severamente a los ecosistemas, según un estudio publicado este año por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Según ese organismo, cada año la industria tabacalera se lleva más de 8 millones de vidas humanas, 600 millones de árboles, 200 mil hectáreas de tierra y 22.000 millones de toneladas de agua, y genera 84 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2), uno de los gases responsables del calentamiento global.

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Cada año la industria tabacalera se lleva más de 8 millones de vidas humanas, 600 millones de árboles, 200 mil hectáreas de tierra y 22.000 millones de toneladas de agua, y genera 84 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2).

Cada año la industria tabacalera se lleva más de 8 millones de vidas humanas, 600 millones de árboles, 200 mil hectáreas de tierra y 22.000 millones de toneladas de agua, y genera 84 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2).

Con esa doble mirada se convocó a una audiencia pública en la Legislatura santafesina para profundizar sobre los cambios propuestos al Programa Provincial de Control de Tabaquismo por la diputada socialista Érica Hynes, que preside la comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales de la cámara baja santafesina.

Un nuevo marco

La audiencia pública convocada para modificar la ley 12.432 que encuadra el Programa Provincial de Control de Tabaquismo tuvo como eje el proyecto de modificación presentado por Hynes, que se articula en torno a tres cuestiones principales: la regulación del uso de vapeadores, cigarrillos electrónicos y otros productos que aparecieron en el mercado y que no estaban contemplados en la ley, que es de 2005 (“se busca actualizar la norma y sumarle también con instancias de participación ciudadana”, dijo la diputada durante la audiencia; la eliminación completa de publicidad y exhibición de todos los productos de tabaco (lo que no impide ni regula ni su comercialización ni su consumo, se aclaró) y finalmente la prohibición de tirar las colillas en la vía pública atendiendo al “cambios de paradigma social respecto al cuidado del ambiente, ya que las colillas son altamente contaminantes”, agregó la legisladora.

“Trabajamos con un enfoque de salud pública entendiendo que los Estados deben asumir su responsabilidad respecto a los efectos del tabaquismo para garantizar una mejor salud en sentido amplio”, agregó Hynes, quien recordó que si bien la ley fue pionera en su momento a nivel nacional, hoy existe la necesidad de actualizarla

Cigarrillos y cuidado del ambiente

Según un informe difundido en mayo pasado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el tabaco altera la salud de los ambientes “dramáticamente”. El documento “Tobacco: poisoning our planet” (Tabaco: envenenando nuestro planeta) plantea que la huella de carbono (lo que contamina) la producción, el procesamiento y el transporte del tabaco es equivalente a una quinta parte del CO2 producido por la industria de las aerolíneas comerciales cada año, lo que potencia todavía más el calentamiento mundial.

Además, los productos derivados del tabaco, como las colillas, están entre los artículos más contaminantes del planeta, ya que contienen hasta 7.000 productos químicos tóxicos que se filtran al ambiente cuando se desechan, la mayoría de las veces en las calles, playas, plazas, cursos de agua, etc.

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Existen unos 4,5 billones de filtros de cigarrillos se desechan cada año a nivel mundial en océanos, ríos, veredas de las ciudades, parques, suelo y playas.

Existen unos 4,5 billones de filtros de cigarrillos se desechan cada año a nivel mundial en océanos, ríos, veredas de las ciudades, parques, suelo y playas.

Desde ese organismo internacional estiman que existen unos 4,5 billones de filtros de cigarrillos se desechan cada año a nivel mundial en océanos, ríos, veredas de las ciudades, parques, suelo y playas.

Tal como ocurre con los envases plásticos de un solo uso, el costo de limpiar la basura de la industria del tabaco recae sobre los Estados, o sea sobre los contribuyentes, y no sobre la industria responsable de generar ese problema. Países como Francia y España y algunos lugares de Estados Unidos han comenzado a aplicar el principio de “el que contamina, paga”, y avanzaron con legislaciones sobre responsabilidad extendida del productor.

Un debate de salud pública

Por supuesto, el tabaquismo tiene que ver directamente con la salud pública, y son los estados los responsables de controlar su consumo y de establecer programas de prevención y reducción de daños. La mortalidad atribuida directamente al tabaco, según la OMS, es de 16% en América, y ese organismo estima que en Argentina esta adicción afecta a casi 9 millones de personas y produce más de 44 mil muertes cada año.

Solo 3 de 24 provincias argentinas han logrado actualizar sus leyes de control de tabaco: Córdoba, Tierra del Fuego y La Pampa; y las tres pusieron énfasis en los nuevos dispositivos y en la prohibición de publicidad. En el caso de Santa Fe, el punto innovador -según detalló Hynes- es la restricción de disponer colillas en el espacio público, lo que se considera necesario dado que son altamente contaminantes.