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Elecciones 2019 |

La historia de tres elecciones que se definieron cabeza a cabeza en Santa Fe

Hace cuatro años el escrutinio provisorio no permitió conocer con certeza quién sería el gobernador y hubo que esperar el definitivo. Los antecedentes de finales apretados en la contienda para gobernador desde el retorno de la democracia. En 1983 un corte de luz y polémica, en 1995 se cayó el sistema y el conteo duró casi 40 días.

Por Coqui Toum | Especial para Aire Digital

Si bien la elección para gobernador de 2015 fue la más apretada de la historia santafesina, desde el retorno de la democracia hay otros antecedentes de elecciones en las que el suspenso se estiró por varias semanas.

El que cuenta finalmente para dirimir la discusión es el escrutinio definitivo. No obstante, es cierto que la ansiedad del periodismo y parte de la sociedad exigen que la noticia se conozca lo antes posible. Apenas cierran los locales de votación aparecen las bocas de urna de uno y otro espacio, y también los números de las primeras mesas que acercan los fiscales a los cronistas. Parece eterno esperar hasta las 21 los primeros resultados desde el centro de cómputos.

El escrutinio provisorio va calmando ansiedades y cuando la diferencia es grande no importan los números finos. Pero, cuando la gobernación se define por 1.776 votos, como en la última contienda, la cosa cambia y en ese caso no queda otra que esperar.

El primer gobernador de la democracia, que retornaba en 1983, llegó con denuncias de fraude por parte de la UCR. La disputa era entre el radical Aníbal Reinaldo y el peronista José María Vernet. La votación fue el 30 de octubre y el radicalismo recién reconoció la derrota el 11 de noviembre. La diferencia entre ambos candidatos fue de 15.456 votos (1,09%), con un corte de luz en el medio, motivo que terminó generando la controversia.

La noche de la elección, el Centro de Cómputos provincial se quedó sin luz cuando faltaban escrutar menos de 100.000 votos. Hasta ese momento, Reinaldo aventajaba levemente a Vernet. Cuando regresó la luz, la situación había cambiado. Le llevó más de 10 días al radicalismo reconocer los resultados.

Hasta el día de hoy, los rumores sobre lo que supuestamente pasó esa noche persisten. Incluso, varios años después, en la previa a resultar electo, Hermes Binner en mayo de 2007 pedía a sus filas estar atentos: “Cuando hemos visto que se tiraron urnas al río. Cuando hemos visto que se tardó 27 días en contar los votos para la elección de un gobernador (Obeid, en 1995). Cuando hemos visto antes que se cortó la luz y luego se cambiaron los números (como ocurrió en las elecciones de 1983 que ganó Vernet). Indudablemente, nosotros no tenemos sospechas, pero simplemente estamos atentos”.

Ese año, el nuevo gobernador se conoció 38 días después de los comicios. Una caída en el sistema dejaría a los santafesinos sin escrutinio provisorio y sin certezas luego de la elección del 3 de septiembre. Obeid y Cavallero competían dentro del lema del Partido Justicialista y sin información oficial los dos se adjudicaban la elección. Incluso, un representante del gobierno nacional, por entonces conducido por Carlos Menem, dio por ganador al rosarino.

Con las pantallas de las computadoras instaladas por la empresa Encotesa, encargada de la logística y el conteo, que mostraban el mensaje “Esperando Información”, el secretario de la presidencia, Alberto Kohan, le adjudicó el triunfo a Cavallero, despertando la ira de Reutemann y su candidato, Jorge Obeid.

La Empresa Nacional de Correos y Telégrafos SA, contratada por el Estado santafesino para el traslado de urnas y el conteo del escrutinio provisorio no cumplió con la tarea encomendada. “Hubo inconsistencias en la información que se recibió de los telegramas, y por otra parte, hubo una caída en el sistema que permite la carga, pero imposibilita el procesamiento de gran parte de los telegramas. Lo que quiero aclarar que desde el punto de vista institucional lo que tiene trascendencia es la tarea del despliegue y repliegue de las urnas y el escrutinio definitivo, que se va a llevar a cabo el miércoles”, decía a los medios nacionales un representante de la empresa la noche de la votación.

Lo cierto es que recién el 10 de octubre, llegó la definición luego de un recuento de votos de varias semanas en el distrito militar. Ese día, luego de numerosísimas denuncias, imputaciones e impugnaciones, el presidente de la Corte, también a cargo del Tribunal Electoral, proclamó a Jorge Obeid como ganador. La diferencia entre Obeid y Cavallero fue finalmente de 35.674 votos.

Siete años después, en 2002, la Corte Suprema de Justicia de Nación resolvió sobre lo sucedido. En su fallo confirmó que Encotesa inclumplió en la conexión del centro de datos con Casa de Gobierno; en la elaboración del escrutinio provisorio, y no cumplió con los tiempo entrega y procesamiento de la información.

Lo que sucedió en 2015 es más cercano en el tiempo y se trató además de un escenario inédito. Prácticamente un triple empate. Miguel Lifschitz, según el escrutinio definitivo, terminó primero con 584.017; muy cerca quedó Miguel Del Sel con 582.521; y Omar Perotti quedó tercero con 558.571 votos.

“Le pido al gobernador Bonfatti que no haya ningún tipo de picardía. No puede haber 74 telegramas impugnados en lugares donde ganó Del Sel”, solicitó Mauricio Macri que todavía no era presidente el domingo 14 de junio de 2015. Tanto el ex Midachi, como el actual gobernador, se habían proclamado ganadores esa noche.

La carga de datos se detuvo en el 93% de las mesas y recién el 23 de junio, con el resultado definitivo y una diferencia de 1.776 votos se proclamó a Lifschitz gobernador oficialmente. Al otro día, el Pro reconoció la derrota y descartó recurrir a la justicia.

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