El armador de la selección argentina, surgido de Gimnasia y Esgrima de 4 de Enero, es el tercer medallista olímpico nacido en la ciudad de Santa Fe.
Las primeras horas del día sábado trajeron consigo un resultado histórico para el deporte argentino. La selección masculina de vóley venció por 3 a 2 (25-23, 20-25, 20-25, 25-17 y 15-13), y trajo consigo la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, emulando lo conseguido 33 años atrás en Seúl 1988.
Este resultado deja consigo muchos aspectos para la estadística. Uno por ejemplo, sería la primera vez que un padre-hijo argentinos logran medallas olímpicas (Hugo y Facundo Conte); además de que desde Moscú 1980, en tres de las cuatro ocasiones que Brasil quedó sin la posibilidad de ingresar al podio en el vóley masculino, fueron por obra del seleccionado argentino. Pero hay un dato más que enorgullece al deporte de Santa Fe, glorificándolo una vez más.
Este plantel tuvo la participación de un atleta nacido en la capital de la provincia: se trata de Luciano de Cecco, que además de ser galardonado como el mejor armador de estos Juegos Olímpicos, se convirtió en el tercer medallista olímpico nacido en la Ciudad de Santa Fe.
El primer atleta nacido en Santa Fe en conseguir una medalla olímpica fue Arturo Kenny, quien nació el 12 de diciembre de 1889 e integró el equipo olímpico de Polo que consiguió la medalla dorada en los Juegos Olímpicos de París 1924 jugando como delantero en el equipo titular, llamado “Los Cuatro Grandes del Sur”. El plantel estaba conformado por Enrique Padilla, Juan Nelson, Juan Bautista Miles Paso (descendiente del secretario de la Primera Junta de 1810 y miembro de los dos Primeros Triunviratos de 1812 y 1813), y Guillermo Brooke Naylor. Otro dato para destacar, es que este logro se trató de la primera medalla olímpica y la primera de oro obtenida por la Argentina en toda la historia olímpica.
Tras esta medalla, hubo que esperar 80 años para que otro atleta nacido en la capital provincial pueda subirse a un podio en los Juegos Olímpicos. En Atenas 2004, Carlos Delfino (nacido el 29 de agosto de 1982) pudo lograrlo conformando un plantel histórico de basquetbolistas que logró el merecido apodo de “La Generación Dorada”. El oro conseguido por Argentina en aquella ocasión, es el único desde Barcelona 1992 que Estados Unidos no pudo ganar convocando a sus jugadores NBA, lo que agiganta la gesta en cada cita olímpica que se lleva a cabo. De hecho, nuestra selección fue la única que pudo vencer a los americanos en duelos eliminatorios por Juegos Olímpicos con sus jugadores profesionales.
Además del oro conseguido en Atenas, el “Laucha” (formado en el Club Atlético Unión de Santa Fe), consiguió otra medalla olímpica en Beijing 2008, sumando un bronce en otra gesta histórica del básquetbol argentino.
La espera entre el segundo y el tercer medallista, afortunadamente fue más corta. Tan solo tuvieron que pasar 13 años, para que el jugador de vóley nacido en Santa Fe el 2 de junio de 1988 y surgido en Gimnasia de Esgrima de 4 de Enero, pudiera colgarse el tan ansiado bronce en Tokio 2020. Una nueva gesta para el deporte santafesino, que ubicará su nombre en los libros de historia y nutre de laureles la actividad.
Te puede interesar
