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Recetas para la noche del 31, con cócteles tentadores

Y un día, las hojas del almanaque, se acabaron. Llegamos a los últimos momentos del 2018. “Pasó volando”, repetimos la frase hecha como para justificar el vértigo de los días. Aunque las comilonas navideñas y festejos varios nos avisan que circulamos con panza llena, todavía nos falta la gran celebración para darle la bienvenida a un nuevo año, que esperamos con la mejor onda. Por la mesa familiar ya pasaron el vitel toné, el matambre con rusa, la pavita asada y la carne a la parrilla. Entonces… ¿qué hacemos de comer para esta noche tan especial, a la que los españoles le han puesto un nostálgico nombre propio, la Nochevieja? Un fin y un comienzo separados en cuestión de sesenta mágicos segundos.

La sugerencia es cocinar bien rico, pero en menor cantidad, para no pecar de glotones y a la vez disfrutar de la velada con un cóctel en la mano.

El finger food (comida que se puede agarrar “con los dedos”) es una gran opción para el 31 de diciembre, una reunión más amena y distendida. Si bien el brindis tiene a los espumantes como los protagonistas, proponemos disfrutar de la velada con diferentes tragos, acompañados de bruschettas, tortillas y demás tapas, al estilo bien español. A tono con lo de Nochevieja… y apetitos siempre renovados.

La chef Julieta Oriolo invita a hacer un menú que esté pensado en base a los productos de temporada, ya que tiene dos ventajas: son los más frescos y están a muy buen precio. “Sugiero utilizar morrones, es su mejor época. Hacer un crostín de ajíes asados, no lleva mucho tiempo y es práctico porque la mezcla se puede tener hecha con anterioridad. Dura unos cinco días en óptimo estado”, explica.

“Adelantar” pasos puede ser de de gran ayuda para que el día “D”, los anfitriones puedan disfrutar de la velada tanto como los invitados. Una variante sería agregarle a la mezcla de ajíes unos huevos revueltos, o hacer una tortilla bien finita, al estilo italiano, con mucha verdura y poca cantidad de huevos.

Por su parte, el chef italiano Daniele Pinna considera que para esa noche es fundamental elaborar platos simples, que mariden a la perfección con los aperitivos. “Para agasajar gente en verano los spritz y la comida en bocados son un plan ideal. Todo lo que se pueda comer sosteniéndolo con la mano, de parado, mientras se charla, es bienvenido. Cosas livianas que permitan probar varios sabores”, sintetiza el chef de La Locanda. Parte de su menú incluye una fritatta di asparagi, o sea, una tortilla de espárragos. Siguiendo la línea de Oriolo, con un producto de estación que, además, está en su esplendor.

Aunque el cocinero cerdeño prefiere preparar las cosas en el momento para que estén lo más frescas posible. Por ejemplo, recomienda que las bruschettas conviene montarlas en el momento, pero sugiere que se tengan los ingredientes ya separados. Mise en place, se le llama a la preparación de los alimentos previo al despacho, en este caso, antes de que llegue el primer invitado. Disponer de un recipiente con el fiambre cortado, el pan en rodajas, los dips (cremas o quesos saborizados) ya preparados, liberan al cocinero de ensuciar tablas y potes en el momento del armado.

Germán Torres se suma a la onda “bruschetta” y le agrega la fruta que es ícono de las Fiestas: las cerezas. Pequeñas, dulces y jugosas, quedan estupendas mezcladas con queso sobre una tostada, en un cóctel o licuado, o simplemente flotando entre las burbujas del champán. Si el tamaño de la mesa lo permite, tener en cuenta ofrecer esta fruta en un bol sobre un colchón de hielo. Decora el ambiente y puede servir de “limpia boca” entre bocado y bocado.

Ya repasamos un menú posible. Ahora queda dedicarnos a las copas.

La experta en bebidas Mona Gallosi recuerda que la hidratación es clave. “Se sabe que el alcohol deshidrata, de manera que la única manera de disfrutar de los cócteles es con una buena hidratación. Así, uno colabora con el organismo”, explica y agrega: “Siempre recomiendo, sobre todo en épocas calurosas, si se bebe temprano, comer antes algo sólido y, obviamente, las bebidas con baja graduación alcohólica son mucho más amables para los “tempraneros”, sobre todo en las nochecitas de verano que tientan con un aperitivo”. Gallosi recomienda para sentirse liviano y fresco beber tragos a base de vinos, aperitivos y espumantes, pero de baja graduación alcohólica.

La reunión está completa. Buenos y refrescantes cócteles y delicatessen para picotear que nos permitan seguir probando otras copas. Recuerden, estimados lectores, que entre aperitivo y champán una copa de agua no viene nada mal. Todo lo contrario: despeja los fantasmas nocivos del exceso del alcohol. Y nos pone en carrera para la clásica cuenta regresiva de los diez segundos finales de 2018. ¡Feliz Año Nuevo para todos!

Infusionar 750 cc de vino tinto con 5 gramos de café y 5 de cardamomo con cáscara. Macerar entre dos y 24 horas como máximo. Servir en un vaso con abundante hielo. Decorar con piel de pomelo.

Infusionar 750 cc de sauvignon blanc, agregar 250 gramos de damascos cortados y 5 gramos de pimienta rosa. Macerar 2 horas como mínimo y 24 como máximo. Servir con hielo y decorar con una ramita de tomillo.

En una coctelera macerar 3 trozos de morrón amarillo con 20 cc de jugo de lima y 20 cc de almíbar de ananá. Sumarle 60 cc de gin. Batir y servir colado. Completar con agua tónica. Decorar con una flor de pimiento.

Por Julieta Oriolo

Asar 3 ajíes rojos sobre las hornallas, retirar cuando estén tiernos y quemados. Colocarlos en una bolsita y cerrar para que se despegue la piel de la pulpa.

Por otro lado, en una olla cocinar una cebolla cortada fina con una cucharadita de azúcar hasta que se caramelice. Agregar 500 gramos de ajíes largos sin las pepitas del centro y dorar 10 minutos. Incorporar 4 tomates maduros cubeteados y los ajíes rojos pelados, agregar 2 cucharadas de alcaparras, 1 cucharada de pasas de uva y 1 cucharada de vinagre. Salpimentar y tostar rodajas de pan de campo. Colocar 2 tazas de ricota en un bol y mixear para lograr una textura más cremosa. Untar las tostadas con la ricota, agregar los ajíes y rociar con aceite de oliva.

Por Daniele Pinna

En un bol mezclar con un batidor de mano 6 huevos, 100 gramos de queso parmigian o reggiano, 50 gramos de crema de leche, sal y pimienta negra recién molida, a gusto.

Cocinar al vapor en agua caliente o saltear en una sartén un atado de espárragos silvestres (esta tortilla también puede realizarse con espárragos comunes).

Una vez fríos, incorporalos a la mezcla ya preparada.

En una sartén antiadherente bien caliente agregar un poco de aceite de oliva y mover con movimientos circulares para aceitar toda la superficie. Verter la mezcla de huevos y espárragos, esperar aproximadamente 6 minutos y voltear la tortilla con mucho cuidado. Esperar a que se termine de cocinar según el punto deseado, y servir.

Fuente: Clarin

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