En pocos días comienza la cosecha gruesa en el norte del país, el únto cúlmine de una campaña con proyecciones de 53.1 millones de toneladas para la soja, según estimaciones de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. El volumen marcaría un escenario bastante positivo para los contratistas -que levantan el 80% de la cosecha- si no fuera porque tienen que lidiar con los productores por el precio que quieren pagar por sus servicios y también por la falta de créditos.
El año es complicado. El aumento de las retenciones que aprobó el presidente Alberto Fernández de la noche a la mañana, que hasta ahora las ubican en el caso de la soja en 30% y en 12% para el maíz, impactó de lleno en el precio que el productor paga por la recolección.
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