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El caso Valdés: un desaguisado de hipótesis que dejan al descubierto falencias y oscuridades

El ex jefe de la Policía Federal de Santa Fe fue detenido esta tarde porque sospechan que mintió y adulteró la escena del crimen. La causa ahora encierra un nuevo misterio: ¿con quién se encontró Valdés en la autopista?

Por Germán de los Santos

Primero se dijo que se trató de un atentado mafioso. Lo catalogó de esa forma en Aire de Santa Fe la ministra de Seguridad el 10 de setiembre, un día después de que se conociera que el comisario Mariano Valdés, ahora ex jefe de la Policía Federal de Santa Fe, había sido baleado en la autopista. Después se dijo que era un problema extramatrimonial del comisario con una suboficial que lo acompañaba en el viaje que esa noche emprendían hacia la capital provincial.

Esa hipótesis parecía sólida hasta el jueves a la noche. Pero todo volvió a cambiar. Una declaración fue clave. Un testimonio que recogió el fiscal Matías Edery y el equipo del Organismo de Investigación provocó que la pesquisa se enfocara a una tercera hipótesis: que Valdés se encontró en medio de la oscuridad de la autopista, a las 20.45, con un grupo de personas que conocía. Y que el encuentro terminó a los tiros. Fue herido en el hombro y en la ingle y subió al auto.

Foto: Maiquel Torcatt / Aire Digital

Los conocidos de Valdés le dispararon desde atrás en la camioneta gris que se movían y que cuando pasaron al lado le siguieron disparando y el comisario respondió cuando la chata 4×4 lo pasó y desapareció en la noche.

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Lo que ocurrió después es lo que ya se manejaba en la causa. Valdés fue hasta la estación de servicio YPF Las Mellizas a buscar ayuda. Se bajó herido, como mostró el video difundido por el MPA, y su acompañante salió corriendo. A los pocos minutos llegaron otros efectivos de la fuerza, entre los que se encontraba Bellagio, quien, según la investigación, se llevó un bolso del Ford Focus. ¿Qué contenía ese bolso?. No se sabe, porque no se encontró en los allanamientos que hicieron en la sede de la PFA de Santa Fe.

Foto: Maiquel Torcatt / Aire Digital

¿Porqué detuvieron a Valdés y al subjefe de la Policía Federal de Santa Fe? Porque sospechan que adulteraron la escena del hecho. Sacaron pruebas del auto. Y Valdés mintió. Nunca dijo que se había encontrado con un grupo de personas en la autopista y que con ellos fue el tiroteo. Lo que declaró Valdés fue que de una camioneta gris bajaron entre tres y cuatro personas encapuchadas y que uno de ellos le dijo “bajate o te mato”. Él declaró que nunca descendió del auto, algo que de acuerdo al otro testimonio es falso.

El nuevo misterio que encierra esta compleja causa es con quiénes se encontró Valdés. Con quienes mantuvo esa reunión en la banquina de la autopista fueron los autores de los disparos, de acuerdo a este último capítulo de una trama que deja al descubierto la precariedad de los fiscales para investigar una causa compleja, donde los involucrados ocultan partes de la trama. Este nivel de precariedad se trasluce en la primera etapa de la investigación que estuvo a cargo de la fiscal Natalia Benvenuto.

Foto: Maiquel Torcatt / Aire Digital

Pero esta causa dejó al descubierto varias cosas. Los negocios oscuros de la Policía Federal. Valdés llegó a Santa Fe como una especie de interventor designado por el jefe de la fuerza Néstor Roncaglia, luego de que fueran removidos seis oficiales que fueron procesados por la justicia federal por vender cocaína y marihuana.

Valdés desembarcó en Santa Fe con la orden de limpiar ese entramado sólido de connivencia con el delito que funcionaba en la PFA. Más de 20 efectivos de esa delegación fueron transferidos a otras provincias para que el comisario empezara de cero. Valdés estaba haciendo el curso para ascender a comisario inspector y era uno de los predilectos de Roncaglia, quien el 10 de diciembre pasará a retiro, y este hombre era uno de su confianza para ascender en la jerarquía de la PFA. ¿Qué pasó con Valdés? ¿Reprodujo negocios oscuros para beneficio propio?.

Foto: Maiquel Torcatt / Aire Digital

La otra cuestión que dejó al descubierto esta causa es la falencia de las investigaciones judiciales en Santa Fe. Los fiscales se acostumbraron a resolver la mayoría de los casos con acuerdo abreviados. No necesitan probar nada. El imputado asume la culpabilidad y chau. Esa deformación del sistema procesal penal se siente con creces a la hora de investigar casos complejos, en los que el fiscal debe mostrar su capacidad de análisis y de indagación sobre un hecho para probarlo.

Y también muestra que esa precariedad no sólo es patrimonio de la justicia santafesina, sino de la propia ministra de Seguridad que en solo siete días pasa de decir que Valdés es una víctima de un ataque mafioso a ser un mentiroso. Al final de su gestión la ministra parece haber caído en una especie de deja vú. Reaparece lo que ocurrió en el inicio de su gestión, cuando en vuelo hacia Cayastá dijo que había tres detenidos y en realidad, en el calabozo de la comisaría el único aprehendido era Martín Lanatta. En ese momento a Bullrich casi le cuesta el cargo; ahora al final del ciclo todo se desvanece por los problemas más serios que tiene la administración de Mauricio Macri.

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