La desazón de Rossi, que fue derivado a un sanatorio donde se le realizaron placas radiográficas que determinaron una fisura en el empeine del pie izquierdo, y la exclusión de la carrera de Aguirre, las secuelas físicas y deportivas.
“Es la primera vez que me dan un golpe lateral, estoy un poco shockeado. Aunque fue en una curva de baja velocidad [el promedio de tránsito es de entre 80 y 100km/h], los autos de carrera siempre van rápido. Me queda el pie suelto y me pego con algo, después del impacto”, explicó el poleman, en una silla de ruedas, mientras una ambulancia esperaba para trasladarlo a practicarse los estudios médicos. “La actitud de largada [de Aguirre] me molesta, hubo mala intención: no respetó la condición de pole. Aceleraba y frenaba, largó medio auto adelantado. Me deja muy caliente, las deslealtades me ponen muy mal”, reflejó el usuario de Ford, que dos carreras atrás, en Concepción del Uruguay, también se quedó vacío, también luego de ser el mejor en la clasificación. Si esta vez falló Aguirre, en la anterior oportunidad el error fue suyo, que cerró la marcha y terminó desparramado fuera de la pista junto con el uruguayo Mauricio Lambiris (Ford).
“Se pasa en la Curva 2 e intento hacer una tijera; meto la trompa, pero él se sigue cerrando y lo toco. Un error mío. Hay que reconocer cuando uno se equivoca. Solo me queda pedirle disculpas a Rossi y a su equipo”, fue la justificación de Aguirre, que recibió la bandera negra. Excluido de la serie y también de la final, ahora le quedará esperar si la Comisión Asesora y Fiscalizadora le impone alguna sanción mayor a quien este año debutó en el TC, marcó poles en Centenario y en San Luis y se impuso en dos series.
Fuente: La Nación
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